Matadero
Fecha: se acabó de construir en 1927
Dirección: se situaba junto al Camino de Farinós, concretamente entre las calles San Columbano, Masquefa y Avenida Valladolid
Arquitectos:
El antiguo matadero se situaba junto al Camino de Farinós, hoy desaparecido en parte de su recorrido, concretamente entre las calles San Columbano, Masquefa y Avda. Valladolid.
Hemos podido saber que para poder construir este edificio, se hubieron de expropiar los terrenos para ello. En el archivo de valencia, se encuentra toda la documentación burocrática epistolar, propia de la época. El terreno donde se situó el matadero municipal de Benimaclet, fue expropiado a Don Vicente Giner por la cantidad de 1400 pesetas en el año 1926. “La media hanegada que ha de adquirirse de este campo para la construcción del Matadero, corresponde al ángulo Noroeste, y sus lindes son por lo tanto: Norte y Oeste camino de la Rambla, Sur y Este tierras del campo que segrega propiedad de Don Vicente Giner Ciurana” (Fuente: Archivo Histórico de Valencia). Además el colono que regentaba las tierras, Manuel Belenguer, fue indemnizado con la cantidad de 165 pesetas.
El matadero se acabó de construir en 1927. Pero según los datos encontrados en el archivo, en 1930 seguía sin estar abierto al público, por lo que los vecinos decidieron escribir una carta al Ayuntamiento.
«Varios vecinos de Benimaclet solicitan se habrá al público el Matadero de dicho poblado.
Los vecinos del poblado de Benimaclet que suscriben a V. E. Atentamente acuden y exponen:
Que en el año 1927 fueron terminadas las obras de construcción del nuevo matadero de dicho poblado, y como en la fecha actual se halla este cerrado a los servicios propios de dicho establecimiento por no haberse procedido a la apertura del mismo.
Suplican a V.E. que previos los trámites legales se sirva a ordenar a que se proceda a dicha apertura ya que reúne las condiciones higiénicas exigidas y hallarse también establecido el servicio de aguas potables en el interior de referido establecimiento.
Otro si que actualmente se procede al degüello de las reses, cuyas carnes se expenden al público en las carnicerías, en casa de los cortantes, y ya que esto queda prohibido por el Reglamento de Sanidad, ruegan sea atendida esta petición al objeto de que a la mayor brevedad posible se proceda a la apertura oficial antes indicada, ya que así se da cumplimiento a los prescrito en el Reglamento citado, se evita el degüello clandestino de reses y se dota a dicho poblado de un servicio tan sumamente importante, que daría al vecindario la absoluta confianza de la salubridad de las carnes que se expenden. Gracia que espera merecer de V.E. cuya vida guarde Dios muchos años.»
Los siguientes datos encontrados nos refieren a la construcción de la casa del conserje del matadero, en 1932, por lo que suponemos que ya estaría abierto al público en esa fecha.
En el recinto del matadero vivía pues el conserje, cuya hija según recuerdan “era muy guapa y cantaba muy bien”. Existía un servicio de matarife y, además, debía también acudir el veterinario para certificar la muerte del animal. No era un acontecimiento diario, ya que los animales pequeños se mataban en las casas y únicamente se llevaban al matadero las reses y en Benimaclet, pueblo de labradores, no había muchas familias que tuvieran reses para matar.
Hasta finales de la década de los sesenta del siglo pasado, funcionó el Matadero Municipal de Benimaclet, entidad dependiente del Ayuntamiento de Valencia. Aún después de haber dejado sus funciones de Matadero, el empleado municipal que ejerció de conserje vigilante del edificio, vivió allí junto con su familia.
Cuando ya no existía como Matadero y estaba medio en ruinas, nos cuenta un vecino que: “los chiquillos más atrevidos nos desplazábamos desde el pueblo hasta allí en busca de aventuras y muchas veces el vigilante, que se tomaba muy en serio su misión, salía a ahuyentarnos.” En el momento de su desaparición como Matadero, el entorno aún estaba sin urbanizar. Podemos decir por tanto que se encontraba en plena huerta en las afueras de la zona norte del barrio.
Ya a mediados de los ochenta del siglo pasado, el edificio fue cedido temporalmente a una asociación dedicada a la ayuda y rehabilitación de drogodependientes, llamada “El Patriarca”. Los pacientes de esta asociación, que vivían en el edificio, limpiaron y reformaron el local.
A los pocos años esta asociación abandonó las instalaciones y éstas fueron ocupadas por la asociación ASINDOWN, entidad dedicada al cuidado y atención de personas con Síndrome de Down.
Ya a comienzos del presente siglo XXI, el edificio fue derribado y en parte del lugar donde se emplazaba, se construyó una finca de viviendas. De esa manera desaparecía una seña de identidad más para varias generaciones de habitantes de Benimaclet y una oportunidad de haber convertido el edificio en la Casa de la Juventud y Cultura que desde la A.VV de Benimaclet se había venido reivindicando en los años ochenta.