Cementerio

Fecha:
Dirección:  calles que lo delimitaban eran las de la Congregación Xaboners y un pequeño callizo que lo circundaba terminando en una plaza en la que desembocaba la calle Altar de San Vicente. Hoy esas calles han cambiado y vienen a ser Bonarie, Conde Montornés, Mar, etc
Arquitectos:

Fosar de Benimaclet

Durante casi dos siglos, cuando el LLoc de Benimaclet formaba parte de la parroquia matriz de San Esteban, sus habitantes disponían de un cementerio propio, pero no en el lugar de su demarcación sino en el centro de Valencia, en lo que hoy es calle de bonaire. El cementerio se denominaba Fosar de Benimaclet.

Allí se llevaban los fallecidos de este pueblo. El medio de transporte podía ser en carro o a hombros. Parece ser que esta última modalidad era la más usual. Había ya un itinerario previsto, éste era a través del desaparecido Camino Viejo de Benimaclet, y que después de atravesar campos, acequias, etc. tenía la entrada a Valencia por el Puente del Real. Una vez cruzado éste, el itinerario que seguía la comitiva pasaba por el descampado de la plaza de Predicadores, siempre a la derecha, hasta la calle Xufa en que se encontraba el Fosar. Otras calles que lo delimitaban eran las de la Congregación Xaboners y un pequeño callizo que lo circundaba terminando en una plaza en la que desembocaba la calle Altar de San Vicente. Hoy esas calles han cambiado y vienen a ser Bonarie, Conde Montornés, Mar, etc.

Cuando se habilita un cementerio para la nueva parroquia, aquí en Benimaclet, el fosar es donado a la parroquia de Santo Tomás.

En Benimaclet

Por los libros y en anotaciones concretas se deduce que a la hora de efectuar entierros, hay dos lugares donde poder hacerlo. Tal vez hasta juntos, pero diferenciados en cuanto que uno de ellos, el Vaso de los Santos era lugar habitual de entierro de todos los cofrades y su familia. Lo tenían como asegurado. No obstante podía enterrarse en ese Vaso, aunque no se perteneciese a la Cofradía, eso sí, pagando la cantidad estipulada en ese momento.

Otro lugar era el vaso de las almas. Aquí se enterraba a todos aquellos que eran ajenos a la cofradía y quien dictaminaba o autorizaba su entierro era la autoridad civil del momento porque se habla de licencia del Sr. Oficial. Aquí se dan casos, como el que describe el párroco, que “fue enterrado por amor de Dios por no tener cosa alguna”.

De distintas partes, y no sólo de la feligresía, serían enterrados en el Vaso de los santos. Se traían difuntos de Alboraya y Ruzafa, lo que nos da a entender que Benimaclet por ser la Sede de la Cofradía de los Santos de la Piedra, atraía a los devotos labradores de toda la huerta de Valencia. Tal vez por eso las tasas de defunción y entierros en la Parroquia se veían abultadas cuando en realidad no eran tan numerosas.

Nos llama la atención la expresión “vaso”. Es una palabra que equivale a cavidad, hueco u hoy y viene expresada en cementerios antiguos. Podía también darle nombre aquella costumbre de poner un vaso de lágrimas que era un pequeño recipiente que se adjuntaba a las criptas o tumbas el cual se debía recoger y aunar las lágrimas derramadas por los familiares y amigos de aquel, cuyos restos quedaban allí.

El nuevo emplazamiento se hace al lado de la parroquia con camino por medio y la carretera que salía para Valencia. O sea, lo que hoy es la calle de Nuestra Señora de la Asunción y Barón de San Petrillo.

Cementerio Viejo

Aunque muchos años antes ya se habían promulgado órdenes reales para suprimir todos los cementerios en las parroquias de las ciudades, sólo cuando llega la epidemia de cólera en 1880, es cuando hay orden ministerial definitiva para que los cementerios se desplacen a las afueras.

Para poder cumplimentar estas normas se compran terrenos en la partida de Vera. Le cupo a D. Francisco Català iniciar ese traslado proporcionando ese pequeño reducto de nuestro cementerio que llamamos “Viejo”.

El campo en que fue construido en aquel tiempo nuevo cementerio, pertenecía a D. José Francisco Ciurana Ferrandis, alias Pepe Franco. Su nieto D. José María Ciurana es el que nos cuenta estas cosas. El campo era de seis anegadas. Se construyó solo una parte, la que hoy se llama cementerio Viejo, y después de amplió u es lo que actualmente se llama sector Ensanche. La hanegada se pagó a 150 pesetas.

Para la construcción de este cementerio contribuyeron muchos feligreses acarreando piedras y materiales desde la cantera de Burjasot. Todavía se pueden enumerar algunos de ellos: Chispa, Pepe Franco, Andreuet de Benlliure, Talpo, Cafis, Luis de Plaça, etc. Esto se da en los últimos años del siglo diecinueve (1896-99).

Sector Ensanche

D. Miguel Zaragoza Barber, párroco en ese momento, es el que se encarga de la ampliación habilitando el resto de las 6 hanegadas dándole a este sector el nombre de “Ensanche”. No podemos fijar fecha de construcción, pues e va ampliando poco a poco según las necesidades. Sí que sabemos que los primeros entierros que se realizan son en 1925. En la guerra civil, como el cementerio era parroquial, por la misma regla de tres, como en muchas otras cosas, el Comité Socialista de la localidad, se incautó de él.

Profanaron las sepulturas de los P.P. Salesianos y las del que fue cura párroco de ésta, D. Francisco Català y Boscà. De los cadáveres de los P.P. Salesianos profanados, debe hacerse mención del que fue condiscípulo de San Juan de Bosco, D. Santiago Elrione, Popular y apreciado vicario de San Antonio Abada de la calle de Sagunto y un hermano salesiano muerto, según se afirma en gran estima de santidad, por lo que se hallaba inhumado en lugar preferente. A partir de ahí hasta que termina el conflicto, todos los enterramientos fueron civiles, sin que fuera permitido signo alguno católico.

Sector Nuevo

Con los terrenos adquiridos para el cementerio por D. Sebastián Zaragoza, un nuevo sector se añade al núcleo primario. Aunque se compra una extensión determinada, no se puede construir en su totalidad. Le afecta el proyecto de la autopista con sus servidumbres. De las 5 hanegadas y diez brazas compradas a sus propietarios queda un triángulo con una superficie de 272 metros no edificable.

Este terreno es una propiedad indivisa que pertenece a cuatro propietarios, a los que se pone de acuerdo para su venta. La inscripción en el registro a nombre de la Parroquia se hace el 16 de Agosto de 1960. En 1961, una vez construido, se bendice este sector por el Obispo Auxiliar.

Sector 4.D.

Con el incremento de población, las necesidades de enterramientos en Benimaclet aumentan y se intenta responder a ello mediante la construcción de un nuevo sector.

Para ello se van adquiriendo, por parte de la Administración del Cementerio, parcelas de terreno a distintos propietarios. La primera compra se hace el 16 de Noviembre de 1973. Son 4 hanegadas. La segunda compra es el 31 de octubre de 1975, con 4 hanegadas y ciento ochenta brazas; y la tercera, el día 20 de noviembre de 1986. Esta vez son tres hanegadas. La promoción y gestión de todo esto, está a cargo de D. Juan Luis Orquín, párroco del momento.

D. Juan se encarga también de aquello que suponía una asignatura pendiente, y es, el aseo y embellecimiento del cementerio mediante la ubicación de una pequeña pero moderna capilla dentro de un entorno muy agradable. Supone un espacio idóneo para celebraciones multitudinarias en la festividad de Todos los Santos.

En la labor de todos los párrocos está lo de ir mejorando nuestro camposanto. En el poco tiempo que tenemos con nosotros a D. José Antonio Varela, párroco actual, también se va viendo ese mejoramiento, como la construcción del Pabellón Sacerdotal, un nuevo pabellón de nichos y la entrada, entre otras.