Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora

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© Manuel Cerdá Pérez

La Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora se erige por San Juan De Ribera en la navidad de 1.594.

En el mismo lugar donde actualmente se encuentra el templo, había ya una pequeña ermita donde los agricultores de la Vega Valenciana celebraban la fiesta de los Santos Patronos Abdón y Senén. En el archivo parroquial se encuentran los libros de la Cofradía de los Santos de la Piedra, que datan de al menos 50 años antes de la fundación de la parroquia. Tal ermita, abarcaría el espacio de lo que hoy día es la cúpula y el presbiterio del actual templo y tenía la puerta de entrada por la pared que da a la calle de Nuestra Señora de la Asunción.

De aquella ermita hasta el actual templo, todo han sido añadidos. En el año 1693 se hace una primera reparación a fondo de todo lo deteriorado. En el año 1745, después de 15 años trabajando en ello, se termina de construir el campanario, que queda adosado al templo. Por aquellos tiempos en la iglesia hay un Vaso de los Santos, en donde se entierra. En el actual presbiterio hay una pequeña cripta, donde hace algunos años se sacaron algunos de aquellos restos.

En 1802, se configura definitivamente lo que es la nave central . Esta obra estuvo a cargo del Cabildo Catedralicio, en esos momentos aún titular del Señoría de Benimaclet. Un siglo después, en tiempo de D. Miguel Zaragozá, se construye lo que es el coro con sus columnas y se instala el órgano. Por el año 1956, se añade el ala lateral de la Iglesia y la cúpula.

Hace unos 20 años, aproximadamente se termina la Capilla del Santísimo Cristo de la Providencia, remodelándose también el presbiterio que se hace de forma semicircular, lo mismo que la mesa del altar, para orientarlo hacia las dos alas del Templo. El promotor de estas dos obras sería el párroco D. Juan Luís Orquín Roig.

En la capilla de estilo neorrománico, destaca el techo tallado a mano en maderas olorosas como el sándalo y enebro, que representa la historia de la salvación. Podríamos destacar la curiosidad y sentido de los tres últimos cuadros en los que aparece, en primer lugar, la Iglesia de Valencia, representada por la Catedral. A continuación tenemos un cuadro en blanco y el último, representa la Gloria. Descubrimos la incógnita del cuadro en blanco: éste será la historia por venir que aún no se ha escrito, pero que terminará para el cristiano, siempre con la gloria.

Las imágenes que están ocupando los distintos altares, no son las originales de tiempos pasados. En nuestra contienda civil de 1936, una de las partes cargó con todo lo religioso, campanas, imágenes y algunos libros sacramentales que fueron quemados en la misma plaza, dedicando el Templo a almacén.

Después de la guerra, se fueron reponiendo las imágenes mediante donaciones, alguna del mismo escultor, que las talló y donó por haber salido con vida de esos tres años de terror. Otras fueron costeadas por familias destacadas de Benimaclet. La reposición de las cuatro campanas también fue sufragada por notables personas de esta localidad y tienen su inscripción en la misma campana.

Estilos de la Parroquia Asunción de Nuestra Señora

El estilo reinante en la Iglesia es el neoclásico, salvo en el recinto de la capilla que es neorrománico. Aquí los bancos también cuentan. En algunos de ellos, en sus respaldos aparecen signos del alfabeto braille para ciegos.

En la presacristía, destaca un hecho original, puesto que tenemos ubicada una lápida sepulcral árabe con caracteres cúficos. Es el objeto más antiguo que tenemos de Benimaclet, pues data del año 1000 aproximadamente, aunque se encontró en unos campos en el siglo XVI. Es la lápida sepulcral de un moro creyente. El recinto donde se encuentra podríamos denominarlo capilla ecuménica, puesto que en la ornamentación coexisten símbolos de las tres religiones monoteístas que creen en un solo Dios: la cristiana, la judía y la mahometana. La reproducción del original, que está en el Museo de cerámica José Martí, se ha puesto en limpio en una segunda piedra y, en otra tercera, la traducción en la que comprobamos de un modo patente la gran fe en Dios de aquel moro.

El rincón más antiguo que queda, de la antigua ermita ya nombrada de la que procede este templo, está situado en el Despacho parroquial, donde existe una ventana de estilo Gótico.

Por último, y de reciente construcción, destacamos el Altar del Sagrado Corazón de Jesús (obra de Antonio Greses Ferrer, que la regaló cumpliendo la promesa que hizo por salir con bien de la Guerra) gracias a la iniciativa del actual párroco Don José Antonio Varela Ferrandis.