Alquería de Serra

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Esta alquería está catalogada como un BRL (Bien de Relevancia Local), y por ello recogida en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Naturaleza Rural del Ayuntamiento de Valencia. Sin embargo, actualmente se encuentra en estado de degradación y ruina. Es por ello, que desde el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, César Guardeño, miembro del mismo y experto en el patrimonio valenciano, cuenta que en breve comunicarán a la Administración Pública, el estado deplorable de este BRL, para que se haga algo al respecto.

Como se observa en su ficha BRL, “Aparece este nombre de Alquería de Serra en el plano de Ascensio Duarte de 1595, que recoge Francisco Antonio Cassaus un siglo después. (…) Los huecos se abocinan a la manera del s. XVIII, por lo cual podríamos decir que la configuración actual de la alquería de Serra podría situarse cronológicamente en esta época, aunque la existencia de una alquería con el mismo nombre y en el mismo lugar, nos haga pensar en la permanencia en el tiempo de la toponimia o en la reconstrucción de un antiguo edificio.”

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La Alquería Serra de Benimaclet estaba en la Senda de la Carrasca, al lado del cementerio de Benimaclet. Se situaba junto a la antigua vía Churra, cercana a la antigua fábrica de Leche El Prado. Hoy día está entre la Ronda Norte y la Autopista del Mediterráneo.

Es una alquería de las que en la huerta valenciana se denominan como “moruna”: puerta de medio punto y orientada al mediodía. En la Guerra de la Independencia ya aparece en los mapas, circundada de puestos de guardia de las tropas francesas y ya aparece con el nombre de Serra, de hecho el camino que llega a ella también se llama Serra.

Al parecer la familia Serra es arrendataria y los dueños son otras personas a los que siguen abonando un arriendo. En la actualidad unos hermanos Serra todavía viven. Son dos mujeres y el tío Paco, que es quien ocupa el arriendo en la actualidad.

Los suelos y techos son de vigas y caña y todo está medio derruido. Se observan cuerdas y sogas, cañas y cañizos rotos de los que se usaban para criar gusanos de seda. Los tabiques interiores de la casa son de cañizo recubierto de yeso. La cocina se mantiene bastante bien y también la habitación con una ventana que da al este.

Hay una pieza grande con varios pisos de cañizo para el gusano de seda y algunos de ellos se mantienen perfectamente. Así como la magnífica y enorme chimenea que se ve por el exterior. Los tejados tienen un buen aspecto y también los enormes muros. Da la impresión de que las ventanas mantienen la madera original, desgastada por el viento, la lluvia y el sol.

El corral tiene una porchada alrededor, ya que allí se criaban más de cien novillos de gusanos de seda como complemento de la economía agrícola, además de los gallineros. Hay aperos de labranza de todo tipo, dado que la casa disponía de carro, caballo y se labraba con caballería. La casa tenía un porche que ya no existe por encima de la puerta de entrada. Algunos árboles antiguos aún siguen en pie. Dicen que tenía de diez o doce vacas.

Lo que más impresiona de esta alquería es su tamaño y la grandeza de ese edificio rectangular llamada la alquería de Paco Serra.